Una gota de agua hace que haya
más agua.
Una semilla plantada en la
tierra hace que haya más plantas, más flores y más frutos.
Una pequeña luz unida a otras
luces, iluminan más y más lejos.
Lo mismo sucede con los Valores Humanos. Cada valor reconocido, nombrado y
mostrado a través de nuestros actos perdura y a la vez se amplía y se expande.
Parecerá que una acción individual es muy poco, pero como todo ocurre en
el espacio y en el tiempo, las palabras que integran los Valores
Humanos se trasladan y ocupan lugares donde son reconocidas, valoradas,
mostradas a través de los actos, los que a su vez son reconocidos, nombrados y
mostrados…
Así, las conductas
individuales se vuelven conductas colectivas.
De esta manera podemos cambiar nosotros, los demás y el entorno.
Lo primero es reconocer los
Valores Humanos: este es el comienzo del Movimiento.
.
Pero no tenemos que ser
solamente admiradores de los Valores Humanos, sino que tenemos que convertirnos
en sembradores de dichos Valores.
Sembrar Valores… Desde las conductas nobles, desde las actitudes nobles,
en el trato con los demás. Sentirse un instrumento de difusión de un nuevo
enfoque para relacionarnos.
Así ayudaremos al cambio que
la Humanidad necesita y espera.
Decidámonos. Como dicen los Jefes de la Nación Hopi: “Nosotros somos, aquellos
que estamos esperando”.
Podemos ser el cambio que queremos ver en el mundo.
Unirse al Movimiento por los
Valores Humanos puede ser una posibilidad.
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